Él siempre consideró que el fútbol tenía que ser un medio para ahorrar algún dinero.
"Siempre me gustó el fútbol pero no podía entregarme a el totalmente pues tenía familiares y necesitaba estabilizarme", expresó en su despacho del Ministerio de Hacienda.
Del "Tabaco" pasó al "Alianza" y dos años después, también por incumplimiento de los dirigentes, se retiró y firmó por el "Municipal".
Cuatro años estuvo en el equipo edil, alternando el fútbol con un empleo en la Municipalidad de Lima.
En esos cuatro años, sacó una libreta de ahorros y depositó sus primeros soles en un banco.
Agapito siempre soñó con casa propia, carro, un futuro asegurado. En pocas palabras tener una vejez tranquila.
Y la gran oportunidad para concretar parte de sus sueños se la brindó "El Orizaba", de México, al contratarlo en 1945 por $2 500 (El dólar se cotizaba a 13.50 soles).
Dos años después, una prima de $5 000, lo impulsó a cambiar de club. Y en el torneo mexicano de 1947 debutó con la casaquilla de "El Oro de Guadalajara".
En "El Oro" sobresalió como el mejor jugador del bloque defensivo.
Y su consagración la obtuvo cuando su equipo derrotó por 3-1 a la selección española que había llegado invicta a México.
Fue tal la actuación de Agapito en ese encuentro que al día siguiente los diarios mexicanos lo bautizaron como "La Fiera".
La primera casa había sido adquirida ya con el dinero ganado en México. Los ahorros habían aumentado pero Agapito aspiraba a más.
Caida
28 Diciembre de 1954
Mexico
Familia Perales Gomez: Constantino Perales y Luz Elena Gomez de Perales e hijos: Mary, Juan, Lucero, Marcela, Cecilia y Carlos
Mis Padres!!!
Mi Mamá y mi Papá
La Jugada
16 de Mayo de 1954, mi Papá es el que esta saltando!!
Paseo
Con la parte de la familia: mi Mamá, yo chiquita, mi tío Constantino, Valeria mi sobrina y Lucero
Guadalajara, Mexico
Yo de paseo por una PLaza
Un gran salto
El peruano Agapito Perales despeja de cabeza un ataque de la delantera de los muchachos del Bucaramanga
Constantino y Agapito Perales
Antes de un partido.
Visita Mexico
Con nuestra familia querida en Mexico
Yate Fiesta Maya
En Cancun con piratas!!
Medellin, Colombia
Copa Mustang
Familia en Mexico
Estamos en la casa de mi tío con Valeria mi Mamá, yo, Marcela y mi tía Luz Elena
jueves, 30 de agosto de 2007
La Danza del Sol
El Medellín brilló con todo su esplendor al conformar en 1950 un pantel con 12 futbolistas peruanos de primera categoría. Por eso, los periodistas los bautizaron como “La danza del sol”.
Además de los 12 peruanos también estaba conformada por 2 costarricenses y 4 colombianos.
De pie: Constantino Perales, "Chucho" Hernández, Benjamín Pérez, Andrés Bedoya, Hernando Lebrán, Juan Castillo, René Rosasco, Segundo "Titino" Castillo, Edgar Esquivel, Gabriel Mejía, Agapito Perales, Norberto "Tito" Drago, Félix Mina, Luis "Caricha" Guzmán y Luciano Campos.
Además de los 12 peruanos también estaba conformada por 2 costarricenses y 4 colombianos.
De pie: Constantino Perales, "Chucho" Hernández, Benjamín Pérez, Andrés Bedoya, Hernando Lebrán, Juan Castillo, René Rosasco, Segundo "Titino" Castillo, Edgar Esquivel, Gabriel Mejía, Agapito Perales, Norberto "Tito" Drago, Félix Mina, Luis "Caricha" Guzmán y Luciano Campos.
domingo, 26 de agosto de 2007
domingo, 19 de agosto de 2007
Selección de Perú - 1955
· Guillermo BARBADILLO
· Andrés BEDOYA
· Félix CASTILLO
· Roberto CASTILLO
· Germán COLUNGA
· Guillermo DELGADO
· Roberto DRAGO
· Alberto GARRIDO
· Oscar GÓMEZ SÁNCHEZ
· Cornelio HEREDIA
· Dagoberto LAVALLE
· Carlos LAZÓN
· Alberto LLORET DE MOLA
· Máximo MOSQUERA
· Luis NAVARRETE
· Agapito PERALES
· Víctor SALAS
· Luis SUÁREZ
· Alberto TERRY
· Coach: Juan VALDIVIESO
CONQUISTA LIMA
Y Agapito Perales en el Estadio de Lima, la ciudad que lo impresionó desde el primer momento, se rebeló contra las estrellas del fútbol limeño y chalaco.
Frente a Lolo Fernández, Campolo Alcalde, Alejandro Villanueva y toda la constelación de astros del balompié nacional. Agapito Perales se ganó tarde a tarde un lugar entre ellos.
El pundonor, la garra, la colocación y la decisión de Agapito conquistaron también a Lima.
Minutos antes de retornar a su Ica, los dirigentes del Sporting Tabaco, le extendieron su primer contrato. La mejor figura iqueña en el Campeonato Nacional de 1937 era muy bien tratado por el fútbol capitalino.
Cuando decidió dejar su Ica, esa Ica de mangos, pallares verdes, pisco y llena de Princesas encantadas que emergen de los arenales para convertirse en lagunas, prometió a familiares y amigos que "no defraudaría".
Y cumplió con su palabra. Con la clase que derrochó en sus primeros años en Lima, hizo que todo el Perú mirara hacia el sur.
Esa pequeña Ica que ama al Señor de Luren, que tiene bellas mujeres y que ha hecho toda una industria con las dulces tejas inicia asi al reinado de los backs iqueños en el fútbol peruano.
Agapito Perales, el provinciano tímido que se rebeló ante los capitalinos sagrados, se convierte en el portaestandarte de aquel selecto grupo de backs iqueños que respondieron al nombre de: Enrique Perales, Constantino Perales, Guillermo Delgado, Félix Fuentes y Adolfo Donayre.
El año 1939 representa para Agapito la finalización de su contrato con el Sporting "Tabaco" por incumplimiento de los dirigentes bajopontinos.
Frente a Lolo Fernández, Campolo Alcalde, Alejandro Villanueva y toda la constelación de astros del balompié nacional. Agapito Perales se ganó tarde a tarde un lugar entre ellos.
El pundonor, la garra, la colocación y la decisión de Agapito conquistaron también a Lima.
Minutos antes de retornar a su Ica, los dirigentes del Sporting Tabaco, le extendieron su primer contrato. La mejor figura iqueña en el Campeonato Nacional de 1937 era muy bien tratado por el fútbol capitalino.
Cuando decidió dejar su Ica, esa Ica de mangos, pallares verdes, pisco y llena de Princesas encantadas que emergen de los arenales para convertirse en lagunas, prometió a familiares y amigos que "no defraudaría".
Y cumplió con su palabra. Con la clase que derrochó en sus primeros años en Lima, hizo que todo el Perú mirara hacia el sur.
Esa pequeña Ica que ama al Señor de Luren, que tiene bellas mujeres y que ha hecho toda una industria con las dulces tejas inicia asi al reinado de los backs iqueños en el fútbol peruano.
Agapito Perales, el provinciano tímido que se rebeló ante los capitalinos sagrados, se convierte en el portaestandarte de aquel selecto grupo de backs iqueños que respondieron al nombre de: Enrique Perales, Constantino Perales, Guillermo Delgado, Félix Fuentes y Adolfo Donayre.
El año 1939 representa para Agapito la finalización de su contrato con el Sporting "Tabaco" por incumplimiento de los dirigentes bajopontinos.
sábado, 18 de agosto de 2007
..." ERES UNA FIERA"
"Tu actuación bien valía el título pero el destino es así", le dijeron uno a uno los players aliancistas.
Y cuando iba camino a la enfermería, mientras los otros se dirigían al camerín, el público de pie, aplaudiendo a rabiar, gritó: "AGAPITO... ERES UNA FIERA".
En aquel instante el llanto de un niño inrrumpió en el Estadio.
Treinta y cinco años atrás, en el hogar de Enrique Perales y Angélica del Río, una empírica obstetriz trajo al mundo a un niño gritón y rebelde que movía las piernas como aspas de molino. Y ella, cuando Don Enrique preguntó: "¿es hombre o mujer?", respondió: "más parece fiera".
La infancia y juventud de Agapito fue como la de todos los muchachos iqueños: horario rígido en el hogar, cine los domingos en la tarde y fútbol con pelota de jebe en el campo del "San Luis Gonzaga" y pelota de trapo en ese Estadio que todos han improvisado en la cuadra del barrio.
Agapito Perales, desde su primer contacto con la pelota, destacó entre todos sus compañeros de clase. Y fue en el "San Miguel", el local destinado a Primaria en lo que ahora es la GUE "San Luis Gonzaga", donde adquirío experiencia y se fue perfeccionando.
Del campo de "San Luis Gonzaga", pasó al Estadio "José Picasso Perata", defendiendo la casaquilla del "Victoria", un club que nació y creció en la calle Paita, en una de las zonas más populares de Ica.
Cuando cumplió los 17 años, en el año 1937, Agapito Perales pasaba, por primera vez, a formar parte de la seleccion de Ica.
"Fue un momento inolvidable cuando me llamaron entre los mejores jugadores de Ica, lloré y juré ante el Señor de Luren que me rompería todo"
Y cuando iba camino a la enfermería, mientras los otros se dirigían al camerín, el público de pie, aplaudiendo a rabiar, gritó: "AGAPITO... ERES UNA FIERA".
En aquel instante el llanto de un niño inrrumpió en el Estadio.
Treinta y cinco años atrás, en el hogar de Enrique Perales y Angélica del Río, una empírica obstetriz trajo al mundo a un niño gritón y rebelde que movía las piernas como aspas de molino. Y ella, cuando Don Enrique preguntó: "¿es hombre o mujer?", respondió: "más parece fiera".
La infancia y juventud de Agapito fue como la de todos los muchachos iqueños: horario rígido en el hogar, cine los domingos en la tarde y fútbol con pelota de jebe en el campo del "San Luis Gonzaga" y pelota de trapo en ese Estadio que todos han improvisado en la cuadra del barrio.
Agapito Perales, desde su primer contacto con la pelota, destacó entre todos sus compañeros de clase. Y fue en el "San Miguel", el local destinado a Primaria en lo que ahora es la GUE "San Luis Gonzaga", donde adquirío experiencia y se fue perfeccionando.
Del campo de "San Luis Gonzaga", pasó al Estadio "José Picasso Perata", defendiendo la casaquilla del "Victoria", un club que nació y creció en la calle Paita, en una de las zonas más populares de Ica.
Cuando cumplió los 17 años, en el año 1937, Agapito Perales pasaba, por primera vez, a formar parte de la seleccion de Ica.
"Fue un momento inolvidable cuando me llamaron entre los mejores jugadores de Ica, lloré y juré ante el Señor de Luren que me rompería todo"
viernes, 17 de agosto de 2007
Correo - Lima, Lunes 3 de Enero de 1966
El PRIMER JUGADOR QUE LLEGO A MILLONARIO
Agapito Perales: ¡LA FIERA!
2 de Setiembre de 1955:
Vendado con el rostro bañado en una extraña mezcla de sangre y sudor, salto, cabeceó, luchó, guapeó, mandó y lloró... Pero no se doblegó.
Tenía una corona blanca de espinas que le cubría la cabeza y sangre seca en el rostro, que cobroba vida con su sudor de zambo-cholo.
Tenía una garra que lindaba en las fronteras de la temeridad y que unía mentalmente a todos en un solo pensamiento: "que lo saquen del campo"
Pero Agapito perales, aquella noche del 2 de noviembre de 1955, se había transformado en una de esas fieras que se rebelaban ante el olor de su propia sangre.
Sporting "Tabaco" perdió aquella noche su encuentro decisivo ante "Alianza" por 4 a 3, y vió esfumarse la mejor oportunidad para clasificarse Campeón.
Pero salió del campo con un Agapito Perales convertido en el triunfador, en el maestro inolvidable que dictó una lección de pundonor, de profesional con auténtica calma de amateur.
Y ni el título máximo que conquistó "Alianza" opacó ante los hinchas victorianos, la actuación de aquel iqueño que a partir de los cinco minutos del segundo tiempo fue dejando en cada jugada "sangre, sudor y lágrimas".
Por eso cuando el silbato final del árbitro se escuchó en el Estadio, fue Roberto Castillo, el player que causó la herida en la cabeza de Perales, el primero en estrecharlo, abrazarlo, admirarlo.
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